Hoy, Roma nos muestra novedades que, evidentemente, no pudo conocer Antonio Ruiz de Padrón, dado que aparecieron después de su partida. Pero también existen antiguas construcciones, estatuas, etc., anteriores al siglo XVIII, que tampoco pudo conocer nuestro Diputado doceañista, porque son el fruto de hallazagos arqueológicos posteriores.