Varada en tu ventura

Tu color es el único que sabes. Y hay para ti un idioma: el de la piedra. Fuera de ti lo desconoces todo. Te basta solamente lo que tienes. ¡Qué sencillez de mundo a la medida, sin que la ausencia te desdoble y huya con la mitad de ti por esos mares! Todo, todo gravita tan pegado a tu propio existir, que identificas a tu presencia el universo entero, isla de ayer, de hoy y de mañana, razón de piedra en el amor anclada. (Pedro García Cabrera)

Cómo acercarse a un poema sin sufrir un accidente. Parte 1

El poeta hace como el niño que juega; se cree un mundo imaginario que toma muy en serio, es decir, que dota de grandes cantidades de afecto, distinguiéndolo a la vez claramente de la realidad. Esto es, actualmente, lo que se ha denominado la suspensión de la regla de la sinceridad para crear un mundo cerrado, donde todos los elementos funcionan con una lógica interna, como sucede en el juego infantil. Es ahí donde nace la ficción poética, sustituyendo el placer del juego infantil. Cuando el ser humano experimenta un sentimiento placentero no renuncia a él, sino intenta repetirlo cuantas veces sea posible.

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