Venecia se mira al espejo en Punta de la Dogana. Parada Accademia del vaporetto

Si alguna vez en Venecia se te ocurre bajar del vaporetto en la Accademia, de noche o casi al amanecer, caminar y sentarte en la soledad de la Punta de la Dogana, debes cerrar los ojos hasta que te sientas con fuerzas suficientes para enfrentarte al paisaje urbano más bello de este planeta, sin sucumbir a su hechizo.

Una curiosidad: el día que comí lapas en el Gran Canal de Venecia

Habrá quien piense que estas lapas difieren mucho de las que se recogen en las costas canarias; sin embargo, las venecianas, aparentemente, son iguales en la forma, en el tamaño, en el color… y en el sabor. Se lo aseguro yo que no he resistido la tentación de comerlas, tras haberlas recogido con mis propias manos. ¡Y debe creerme si le digo que las encontré tan sabrosas como si las hubiera cogido en el Mar de las Calmas, antes de reventar el volcán!

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