Un casal de guachinches

Pedimos asadura, fabada, más asadura, papas y un postre. ¡Madre mía! No sé si alguna vez en mi vida había comido un hígado de cochino tan rico como aquél. Repetimos, porque yo no podía admitir que se hubiera terminado tan pronto. Esaú vendió su primogenitura por un plato de lentejas al espabilado de Jacob, pero si éste le habría ofrecido un plato de asadura de este guachinche, Esaú le habría dado a cambio su primogenitura, su libertad, su alma y hasta su cuerpo.

Powered by WordPress.com.

Up ↑