Por su parte, Vargas Llosa tiene o tuvo a su nombre una cuenta en un vertedero fiscal (permítanme utilizar el vocablo propuesto por el juez Garzón) y sus opiniones políticas parecen sacadas de un manual conservador del siglo XIX. Su literatura no: ha sido y es rabiosamente moderna. Por eso lo maldigo igual que a Borges: piensa como un cerdo, pero escribe como un unicornio, y esto es más fuerte que yo y me obliga a leer cada nuevo libro suyo con un ansia desproporcionada (¿vergonzosa?).
¿Dónde se compuso “Palmero sube a la palma”? (Tercera parte)
A la mar fui por naranjas, fruto que la mar no tiene. Metí la mano en el agua, ¡qué esperanza me mantiene!
¿Dónde se compuso “Palmero sube a la palma”? SEGUNDA PARTE
En la historia de la música criolla peruana hay diversos episodios de “préstamos” y “apropiaciones” de letras, melodías y secuencias armónicas de diversos orígenes, predominando la percepción de que son los peruanos quienes se hacen de temas ajenos y los adecúan a los géneros locales. Un caso muy conocido es el de la marinera limeña “Palmero sube a la palma”: Palmero sube a la palma / y dile a la palmerita / que se asome a la ventana / que su amor la solicita / que su amor la solicita / Palmero sube a la palma.
¿Dónde se compuso «Palmero sube a la palma»?
Sentado en una cantina de Tecalitlán, estaba a punto de beberme un tequila Siete Leguas cuando escuché unos sonidos secos que me parecieron cohetes de feria pero, unos segundos más tarde, un tropel de gente entraba en el local de manera atropellada. Sus caras me revelaron que en el pueblo no había una fiesta, sino un tiroteo. Es la única vez que he sido capaz de beberme un "tequila parado" de un trago sin soltar una sola lágrima. A no mucha distancia del escenario del crimen,unos cuantos mariachis sacaron sus guitarrones y trompetas. Les oí cantar "Palmero sube a la palma".
Tres pianistas en La Habana: Lecuona, Bola de Nieve y Nelson Camacho.
Nelson Camacho es el pianista del restaurante Monseñor, un precioso local que se encuentra en el Vedado de La Habana. Fue en 1984, si la memoria no me falla, cuando conocí este lugar. Me alojaba frente al Monseñor, en el Hotel Nacional, que en esa época se estaba cayendo a pedazos, aunque no había perdido... Leer más →