La derrota de Minotauro: un bucle histórico

Esta foto del Minotauro la tomé en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Un busto esculpido en mármol: hombre con cabeza de toro o, tal vez, toro con cuerpo de hombre. En este relato, Minotauro narra su historia de poder desgarrado en primera persona, y nos avisa que espera a su redentor. Ya sabemos que la redención y la muerte nunca andan demasiado lejos. Se trata de un relato muy adecuado para aquéllos que, habiendo abusado de su poder sobre el pueblo, en el fondo de sus mentes saben que su fatal destino está escrito y, de manera inconsciente, colaboran con su Teseo para que logre su objetivo y, así, conseguir escapar del tenebroso laberinto en que los arquitectos de su poder han convertido sus existencias.

El plagio

Se entiende por plagio la copia de partes substanciales de obras ajenas, dándolas como propias. Si usted reproduce literalmente lo que otro autor ha escrito, sin entrecomillar o indexar el texto y sin citar su procedencia, está cometiendo un plagio. Sin embargo, cuando alguien repite con otras palabras el pensamiento de un autor no hace un plagio, sino una paráfrasis, lo cual es perfectamente legal.

El escritor y su Patria

Decía mi adorado Borges que a cada país le gusta ser representado por un libro y que casi nunca, paradójicamente, ni ese libro ni su autor se parecen a su país de origen. Que el espíritu liberal de Cervantes en nada se asemeja al espíritu inquisitorial de los españoles, ni el de Goethe al exacerbado nacionalismo alemán ni el fluir sonoro de los textos de Shakespeare a la excesiva reserva de los ingleses.

SOBRE LOS ESCRITORES (2). EL LECTOR

Nada duele más a un escritor que no ser leído y éste es un riesgo que corre todo el que se aventura a publicar algo. Sin embargo, los mejores autores saben que son ellos quienes deben cambiar sus libros cuando nadie los compra, mientras los mediocres se empeñan en hacer culpable al resto del mundo.... Leer más →

SOBRE LOS ESCRITORES (1)

Es cierto que la soledad con la que un individuo ha de enfrentarse a su tarea modela su carácter o que alguien que ame el trabajo solitario tiene mayores posibilidades de escribir. Sin embargo, las reacciones ante la sociedad no siempre son las mismas y dependen de factores externos al propio acto de escribir. No se puede comparar el carácter extrovertido de Ernest Hemingway con la introversión de Franz Kafka, ni creo que sea equivalente la avaricia de William Shakespeare o de Francisco de Quevedo con la generosidad de Leon Tolstoi o de Juan Rulfo. Conozco autores capaces de pasarse encerrados en una habitación, frente al ordenador, durante una semana y después salir un día completo a (...).

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