La bandera, ¿un error de la Transición?

La moralidad y los símbolos son motores que importan mucho a las personas, porque se hallan en el núcleo de la condición humana. Más aún que el hambre y la miseria, más que la riqueza y el placer, los cuales, a fin de cuentas, sólo son consecuencias, sombras provocadas.

La didáctica de la Ética y la ética de la Didáctica: la manipulación como ejemplo

La recomendación de aquel profesor era que los alumnos tuvieran sensación de libertad en la clase. Pero no de una libertad cabal, sino de una falsa libertad, canalizada a través de una serie de actividades-trampa preparadas por cada profesor. Siguió hablando de otras opciones parecidas, cuyo común denominador era el engaño al alumnado para que hiciera sus elecciones y sus propuestas con la sensación de una libertad que, evidentemente, no existía. Uno de sus ejemplos era...

El terremoto de Lisboa y las centrales nucleares

En Lisboa hubo también un maremoto y perecieron cien mil personas. ¿Qué habría sucedido si en esa ocasión hubieran habido centrales nucleares en España, Portugal, Marruecos o en cualquiera de los archipiélagos cercanos? ¿Y que sucedería hoy, si se repitiera el sismo, cuando sí existen esas centrales atómicas? ¿Están estas centrales preparadas para resistir un fenómeno de esta clase?

La escalera mecánica

No importa que usted sea gordo, flaco, parlamentario, chorizo, consejero, presidente, obispo, constructor o banquero: ya existe una Moral disponible para su talla. Por un precio módico, tras unos ligeros arreglos, tenga la seguridad de que le sentará como un guante... a juego con el cuello blanco, por supuesto. Usted podrá meter la mano hasta el codo en los billetes de 500 sin miedo a mancharse las manos de tinta violeta. Ya está en el mercado prêt-à-porter la fórmula adecuada para que su dignidad quede a salvo.

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