¿Le gustaba a Homero meterse sus buenas cucharadas de vino entre pecho y espalda? ¿Defendía poeta Ovidio que el vino iembra el amor en los corazones? ¿Se ponía Shakespeare hasta las trancas de vino canario en las tabernas de Londres? ¿Y Allan Poe? ¿Y Valle Inclán con su turbia luz azulenca? ¿Y...?, ¿y...?
Shakespeare contra Cervantes: KO en el primer asalto
Las exposiciones sobre escritores no son únicamente tediosas, son ridículas. Sólo hay que observar el escaso éxito de las muestras sobre cualquier literato.
Nada es más aburrido que acudir a una sala para ver unos cuantos papeles viejos que casi no se pueden leer, cuadernos amarillentos por el tiempo de los que sólo nos muestran una o dos páginas, alguna pluma, un tintero, una silla o un escritorio, una boina quizás,… En fin una colección de objetos que no tienen más objeto que llenar algunas vitrinas y justificar una conmemoración. En el caso de Cervantes, ni siquiera eso.
¿Y Shakespeare? ¡Eso es harina de otro costal!
«Señales de humo», de Reig, una novela para guillotinar a Petrarca y otras vacas sagradas
EL ENCANTO DEL MORBO LITERARIO O CÓMO TRITURAR A LOS POETAS LAUREADOS
“Señales de humo” es una novela que encantará a los amantes de los viajes en el tiempo, de la literatura, de la ironía y de los cimientos culturales del viejo continente.
El autor emite juicios tan sumarísimos como sabrosos sobre los iconos sagrados de la literatura sudeuropea: Petrarca, Garcilaso y otros miembros del famoseo libresco reciben leña hasta en el carnet de identidad. Reig despierta el morbo en el lector que continúa adelante con la esperanza de ver qué cabezas van cayendo en la cesta de la ignominia bajo el hacha del malvado escritor.
Seguramente, usted no saldrá mejor persona después de leer esta novela, pero le aseguro que aprenderá algunos trucos para llegar al infierno en un pispás.
La historia inventada
Cada poco tiempo recibimos la noticia de que tal o cual acontecimiento histórico no transcurrió como afirmaba la historia aceptada académicamente, sino que sucedió de manera diferente a cómo nos decían. Después, esas enmiendas son retocadas algunos años más tarde por otras correcciones que a su vez también son rectificadas,… así, hasta alcanzar un extraordinario número de desmentidos, que nos hacen pensar en las infinitas imágenes que aparecen cuando un espejo se refleja en otro.