Este post narra la historia alucinante de una monja, de su amante fraile y de la apelación al mismísimo rey Carlos III.
Shakespeare contra Cervantes: KO en el primer asalto
Las exposiciones sobre escritores no son únicamente tediosas, son ridículas. Sólo hay que observar el escaso éxito de las muestras sobre cualquier literato. Nada es más aburrido que acudir a una sala para ver unos cuantos papeles viejos que casi no se pueden leer, cuadernos amarillentos por el tiempo de los que sólo nos muestran una o dos páginas, alguna pluma, un tintero, una silla o un escritorio, una boina quizás,… En fin una colección de objetos que no tienen más objeto que llenar algunas vitrinas y justificar una conmemoración. En el caso de Cervantes, ni siquiera eso. ¿Y Shakespeare? ¡Eso es harina de otro costal!