La heroína en su barril: la increíble historia de Annie Edson Taylor (Segunda parte)

Después de recorrer un kilómetro, a las cuatro y media de la tarde del día 24 de octubre de 1901, el barril se despeñó, con la señora y el gato en su interior, por el gran chorro de la catarata. Llegó entero a la base, los monstruosos chorros de agua no lograron deshacerlo y, cuando fue expulsado hacia aguas más tranquilas, una barca logró atraparlo. En esta imagen, se aprecia con claridad el yunque adherido al fondo del barril, con el fin de proporcionarle estabilidad. Aunque el barril se inundó hasta la mitad, Annie y el gato salieron vivos del salto, sin otros daños que un par de pequeños rasguños, el consiguiente mareo y un miedo atroz. Ciertamente, el viaje en barril no debe de ser muy agradable, si nos atenemos a las declaraciones que Annie ofreció a los periodistas (Continúa leyendo...)

La heroína en su barril: la increíble historia de Annie Edson Taylor

Las llamativas historias que aquí se cuentan, relacionadas con los arrolladores torrentes de las Cataratas de Niágara, así parecen demostrar que las gestas deportivas y las superaciones de cualquier tipo de marca popular responden a un afán de protagonismo, más que a deseos de perfeccionamiento personal, a ambiciones económicas o a revanchas de cualquier tipo, aunque éstas también influyan como incentivos.

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