Las diferencias de Gordillo respecto al discurso del diputado canario, Antonio Ruiz de Padrón, y de muchos otros diputados liberales son abismales. Yo diría que, al menos en esa ocasión, Gordillo mostró el rostro de un auténtico cura tramontano, como se llamaba a los reaccionarios en ese tiempo. He destacado algunas de sus frases.
Ruiz de Padrón valía por sí solo a todos sus compañeros, según José Desiré Dogour
“Ruiz de Padrón valía por sí solo a todos sus compañeros, y no en valde resonó su autorizada voz en medio de aquella pléyade de hombre ilustres” es una valoración que dejó escrita José Desiré Dugour (Francia, 1814 – Canarias, 1875) en una de sus obras (Apuntes para la Historia de Santa Cruz de Tenerife, 1875) y la repitió Francisco Martínez Viera en su libro El antiguo Santa Cruz, crónicas de la capital de Canarias.