Londres, 02/09/1666. Un incendio devora la ciudad, pero ¿qué hace un grupo de poetas llorando frente a una taberna en llamas? ¿A qué absurda conclusión llegan? ¿Qué tiene que ver en todo esto el Diablo y el vino Malvasía Canario?
Vino canario en China
Una curiosa historia sobre el vino canario en China. Llegó allí de la mano de un boticario jesuita, gracias a una afortunada coincidencia.
Tenerife desde el mar (1776). Historia de un cuadro y de sus alrededores
Este óleo sobre lienzo, que se halla en el Yale Center for British Art (un museo de arte en la Universidad Yale, en New Haven, Connecticut, Estados Unidos), fue pintado por John Webber (1751-1793), en el verano del año 1776. El cuadro no se encuentra a la vista en las salas de exposición, sino en el archivo... Leer más →
Friedrich von Schiller y sus alusiones al vino de las Islas Canarias, en su famosa «Canción del Ponche». SEXTA PARTE
El vino canario ha sido elogiado por los más grandes literatos del mundo (excepto los españoles). Entre ellos, puede contarse al excelso Schiller, en uno de sus más bellos poemas, musicalizado por Franz Schubert.
Sobre cómo, dónde y por qué Shakespeare, Raleigh y Jonson se ponían morados de Canary-wine. QUINTA PARTE
Jonson era, sobre todo, un calavera y, sin lugar a dudas, el más ruidoso de la tertulia. El viejo Ben ostentaba cierto carácter fanfarrón que producía un sutil contraste con la conducta de sus compañeros. Podemos imaginarle con Shakespeare a un lado y Raleigh al otro, cantando una de sus canciones, y poniendo un énfasis particular en estos versos:
El vino canario, Jonson, Keats y el Club de los poetas muertos. CUARTA PARTE
Estos versos sobre el vino canario se hicieron populares cuando se estrenó "El Club de los Poetas Muertos", pero nadie pareció reparar en ellos, a pesar de las reediciones de los libros de John Keats. Hay otros poemas anteiores, como éste de Ben Jonson, en los que se inspiró el poeta.
El vino canario y el Emperador de China. SEGUNDA PARTE
Fue llamado el Hermano Rhodes; el cual, sin más remedio, que la confección de Alkermes (1) hizo cesar las palpitaciones; y para restaurar sus fuerzas decaídas, por lo que había padecido antes, le sirvió una porción de Vino de Canarias, de el que los Jesuitas recibían de Manila para sus Misas.