Decenas de miembros de la Real Academia Española colándose en la fila de embarque mientras se reían de su gracieta y de la desesperación de la asistente del aeropuerto. El resto de los pasajeros no podía dar crédito a las muestras de prepotencia, mala educación y machismo exhibidas por los académicos españoles que se dirigían al Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE).