La manifestación comenzó en la Plaza de Weyler, en Santa Cruz de Tenerife.
La imaginación se adueñó de las pancartas artesanales.
Un manifestante toma una foto de la marcha.
El color tomó la calle.
Nadie esperaba tanta concurrencia.
Los tambores marcan el ritmo de la indignación.
Un indignado veterano.
Lo gótico no quita lo indignado.
El ánimo no decayó en toda la marcha.
Los jóvenes, hartos de que les roben su protagonismo.
Grecia no podía faltar a esta cita contra la especulación económica.
La indignación no quita la sonrisa.
¿Los pájaros contra las escopetas?
No hay sueldo para tantos días…
Una joven toma la iniciativa.
Hay que dejar constancia del momento.
Largo se lo fío…
El PSOE y el PP no escaparon de las críticas.
Otra vez, la ironía preside una pancarta.
Tocar el bucio, una costumbre ancestral en medio mundo. También en Canarias.
El humanismo también salió a la calle.
Menos ejecutivos y más trabajo fijo.
Por ritmo que no sea.
El fotógrafo me mira… espero que con buenas intenciones. 😉
Un extranjero porta una pancarta trascendente.
Batukada.
Mujeres con panderos.
Definiendo el estado de la cuestión con lenguaje informático.
De corazón a corazón…
Frente a la Subdelegación del Gobierno central.
El director.
Una frase que puede entenderse de muchas maneras.
Dinero, dinero, dinero.
Un toque de distinción.
¿Es un pájaro, es un avión, es Supermán? No, es una vecina que no quiere unirse a la manifestación.
Evidence travel…
Sin palabras, naturalmente.
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