Debí de haberme comido una pizza en tan señalado día, pero me enteré de la noticia en la sobremesa. No es que esa comida me vuelva loco, aunque si está bien hecha le hinco el diente, como cualquier hijo de vecino.
Me enteré leyendo una noticia en el diario “La Reppublica”, que informaba de que la pizza también es ciencia. No es que el titular rezumara patriotismo pizzero, sino que lo de «científico» viene por otra razón que entendí cuando vi este vídeo.
Un equipo de profesores de química (supongo que con la pandemia han cambiado las probetas por el horno casero) dan cinco consejos para obtener una buena pizza o para reconocerla. Los consejos no los proporciona un cocinero sino, ¡asómbrense!, el Consejo de Profesores de de Ingeniería Química de la Universidad de Calabria (¿Por qué Universidad se escribe con mayúscula mientras que en colegio o instituto se usan las minúsculas? Algo anda mal en la ortografía…).
Bueno, en lo que a mí se refiere, el único de esos cinco consejos que me va a servir para algo es el relativo a colocar una piedra dentro del horno a gas o eléctrico para simular que es de leña. No lo he probado, pero supongo que funciona. Se lo comento a mi hijo y me dice que esas piedras se venden en muchos sitios para cocinar pizzas. Se ve que debo de ponerme al día en algunas cosas…
Según el Campus di Arcavacata de la Università della Calabria, que es quien ha producido el vídeo:
«En la elaboración artesanal de la pizza napolitana, los pizzeros profesionales siguen estrictos protocolos certificados por el Reglamento de Producción de la especialidad tradicional garantizada, mientras que a nivel industrial la elaboración está sujeta a aspectos técnicos propios de la ingeniería química alimentaria. Aspectos que conciernen al proceso desde la elaboración de la masa base y aliño de salsas hasta la cocción. Con un poco de previsión, la ciencia nos ayuda a transferir estas habilidades profesionales al procedimiento doméstico: para el Día Mundial de la Pizza, que se celebra el 17 de enero, aquí hay cinco consejos seleccionados por ingenieros químicos (food path) de la Universidad de Calabria.»
¡Buen provecho!
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