Un palestino y una hoja de parra

La primera hoja de parra que comí la preparó K., un muchacho palestino que con una beca de la OLP estudiaba Medicina en Tenerife. Con él y otros jóvenes compartí piso de estudiante.
El día de su cumpleaños decidió homenajearnos con un banquete; se metió en la cocina y nos sorprendió a todos preparando «Warak dawali» –en árabe significa «hojas de parra»– rellenas con arroz, carne picada, hierbas aromáticas y especias.
Tanto nos regodeamos en la comida y tanto felicitamos al chico que pronto se vino arriba y terminó por beber un vaso de vino: el primero de su vida, porque hasta ese día había observado escrupulosamente los preceptos de su religión.
¡En mala hora probó aquel tinto tinerfeño!
A los pocos minutos, estaba sentado en el suelo insultando a las tropas israelíes y dando gracias a Dios por haberle concedido el don de probar algo tan maravilloso. Gritaba:
–¡Zumo de uvas, gasolina divina, el Paraíso en la Tierra!
Desde ese momento, K. le tomó afición al vino y nosotros a las hojas de parra, de manera que aquel banquete se repitió hasta el día en que el palestino desapareció y no supimos más de su vida durante mucho tiempo.
Años más tarde, di un respingo de perplejidad cuando lo vi en televisión formando parte de una alta delegación palestina que estaba negociando algún asunto político en la ONU. Me quedé pensando en cómo se las arreglaría K. para continuar bebiendo la «gasolina divina» sin que sus compañeros percibieran el olor paradisiaco que desprende el buen vino. Ni por un instante dudé de que seguiría empinando el codo.
El banquete también dejó en mí una huella imperecedera: de vez en cuando, acudo a algún restaurante libanés –preferiblemente con el poeta Antonio Abdo que tiene grandes conocimientos de la cocina de Oriente Medio– y saboreo las ricas hojas de parra rellenas, que en el Líbano llaman «Warak Inab» o «dolma».
La hoja que muestra esta foto, que tomé en enero pasado al borde de un camino, es inadecuada para rellenar porque no está tierna. Ahora, que estamos en primavera, es buena época para recolectarlas

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