A 107 mil kilómetros por hora

Un día de invierno en Santa Cruz de Tenerife: sol, guitarras, músicos y gente que sonríe mientras deja unas monedas a los artistas.
Yo preparo mi cámara, encuadro una escena que me atrae y aprieto el disparador sintiendo en la nuca un agradable cosquilleo producido por la ola de imágenes y sonidos que me envuelve. El instante pasa.
La mujer sigue con sus compras, el músico sigue con su musa y yo sigo mi camino, contento de estar vivo en medio de tanta vida.
Nada especial, por supuesto. Sólo un día más. Un día más caminando sobre esta esfera de piedra y agua que cruza el espacio a 107.000 km por hora mientras gira sobre sí misma como una bailarina en el «Lago de los cisnes». Todo parece normal. Un día más. Únicamente.

Enriquece este artículo con un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Powered by WordPress.com.

Up ↑

%d