Considero el mejor suicidio del mundo, en términos de gozo, el realizado por el Duque de Clarence. Las razones que avalan mi opinión se encuentran en el siguiente relato:
«Los ingleses han sentido siempre una irresistible atracción por los vinos malvasías. Tanto es así que se cuenta la siguiente historia sobre el duque de Clarence, hermano del rey Edward IV.
El duque se hallaba preso en la Torre de Londres porque había sido condenado a la horca por alta traición, sin embargo su hermano le otorgó un último deseo. El reo solicitó que le concediera un poco de tiempo y un tonel de malvasía para pensar con tranquilidad lo que pediría.
Se le concedieron ambas gracias: los carceleros depositaron la cuba de vino con algo de comida en su celda y se le dejó en paz, tal como era su deseo. Dos días más tarde, los guardias abrieron de nuevo la puerta del calabozo y encontraron al prisionero con cara de felicidad… Pero, eso sí ¡ahogado dentro del barril de malvasía!»
(Manuel Mora Morales: El discurso de Filadelfia)

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Original la manera de dejar el mundo. Abrazo
Buena manera de dejar este mundo.
¡¡Una anécdota curiosa, voto a bríos!!