Dejando a un lado la vistosidad evidente de los tajinastes rojos del Teide, lo más atractivo de estas antorchas vegetales es su corta floración.
Hay que estar muy pendientes de cuándo florecen. Un día vas y no ves ninguno: vuelves tres semanas más tarde, y tampoco alcanzas a disfrutarlos, porque ya florecieron y se marchitaron.
Ahora están espléndidos, repartido por diversos rincones del Parque Nacional de las Cañadas del Teide. Incluso se pueden encontrar en el preparque, en cañadas medio ocultas y hasta en las plazas de los pueblos altos como Vilaflor.
Vivir en Tenerife y no peregrinar cada primavera hasta los tajinastes rojos debería estar penalizado en el Código Penal.
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Impressive!
Beautifully done.
Greetings from the beautiful Rhine-Highlands / Gemany….
Rosie