La raza humana es mentirosa a más no poder. Basta con hablar una hora con cualquier persona para advertir que en su conversación, voluntaria o involuntariamente, se han colado más de un par de mentiras.
Si no entendemos algo, inventamos una explicación en lugar de reconocer que no lo comprendemos.
Desde hace miles de años cada tribu elaboró una religión (excepto mi tribu que practica la verdadera, porque le fue revelada) para explicar la presencia del Sol, de la Luna, de las estrellas, de la lluvia, de los bebés y de casi todo. Mentiras a tutiplén para irnos a dormir con la satisfacción de saberlo todo.
Sin hablar con alguien también es posible detectar mentiras. ¿O no es una mentira teñirse el pelo, afeitarse la barba y cubrir una barriga gorda con una prenda para ofrecer mejor apariencia que mostrándonos tal como somos? ¿Y los engañosos puntos de fuga en el arte como técnica para confundir nuestra percepción de las perspectivas? Claro, son tretas que nos ayudan a ser más felices. Pero, al fin y al cabo, mentiras. Reconozcámoslo.
Ni qué decir tiene que en la actualidad no sabríamos vivir sin el enorme conglomerado de hipocresías –o “buenas maneras”–que facilitan nuestras relaciones sociales. Tanto es así que a todo esto ya no lo consideramos falacias.
LOS ANIMALES MENTIROSOS
Por otra parte, podríamos preguntarnos si la mentira llega a afectar a los animales: el camaleón cambia su color para exhibirse, pero también para engañar a sus depredadores y a sus víctimas. Lo mismo sucede con multitud de aves, peces, insectos y seres microscópicos.
LEYES NATURALES MENTIROSAS
Hasta la propia fuerza de la gravedad es más falsa que Pinocho, según la física cuántica y su famoso gato de Schrödinger.
Según Andrew Cleland, director de un equipo investigador de la Universidad de Santa Bárbara que ha experimentado con un disco vibrador, han comprobado que un mismo objeto puede estar al mismo tiempo en dos lugares distintos, en dos configuraciones diferentes o, como en el famoso ejemplo del llamado gato de Schrödinger, a la vez muerto y vivo.
Dicho de otra manera, en nuestro universo, todo tiene, al menos, dos caras y, por el momento, con nuestros limitados sentidos solamente podemos percibir una… ¡Habráse visto mayor hipocresía cuántica!
CONCLUSIÓN (¿MENTIROSA?)
¿Se deduce de esto que la mentira es la principal fuerza que mueve el universo y que como las muñecas rusas cada mentira alberga en su interior otras falsedades?
No lo sé pero, humildemente, creo que a los países sí los mueven las falacias: me basta con escuchar lo que dice cualquier candidato a cargo público un día antes de las elecciones y lo que afirma un día después.
Enriquece este artículo con un comentario.