¿Y SI LOS COCHES NUEVOS PRODUJESEN MÁS CONTAMINACIÓN?
No te sorprendas. Piensa en cuánta contaminación genera la fabricación de un nuevo vehículo: mucha, y los eléctricos más. [1]
¿Y cuánta contaminación genera el desechar un vehículo viejo? Mucha también.
Suma las dos y verás que la adquisición de un nuevo coche podría ser más contaminante que continuar con tu vehículo actual si todavía funciona adecuadamente.

¿NOS ENGAÑAN?
Tu dirás… Sólo basta recordar el caso de la Volkswagen con sus falsas mediciones de los gases que despiden sus coches nuevos de gasolina y de tantas otras estratagemas que no se han descubierto o no conviene divulgar.
Siendo esto así –incluso olvidando las evidentes pillerías de la industria– y actuando los consumidores en consecuencia, el disgusto debería ser para las multinacionales del automovilismo que obtendrán menos beneficios si no logran venderte el coche que todavía no necesitas.
¿QUÉ HACER?
La solución no está en los coches nuevos, la solución es un transporte público eficiente, ¿pero qué soluciones podemos esperar de nuestros políticos con Licenciaturas, Masters y Doctorados de mentirita?
Sí, ya sé: continuar votándoles hasta que se mueran de viejos y nosotros de asco.
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[1] Según la Swedish Energy Agency and the Swedish Transport Administration, «la producción de baterías de iones de litio para vehículos eléctricos ligeros libera en promedio 150-200 kilos de equivalentes de dióxido de carbono por kilovatio-hora de batería. Uno de los autos eléctricos más pequeños del mercado, Nissan Leaf, utiliza baterías de aprox. 30 kWh; muchos modelos nuevos tienen baterías de 60 y 100 kWh. Un automóvil eléctrico con una batería de 100kWh ha emitido 15-20 toneladas de dióxido de carbono incluso antes de encender el vehículo. Este cálculo supone una participación del 50-70 por ciento de fósiles en la mezcla de electricidad.»
¡Unas cifras que cequivalen al CO2 generado durante 8 años por un coche diésel o de gasolina!
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