Ya sabemos que en Las Palmas hay escasez de guachinches pero, de vez en cuando, si uno anda por la ciudad, le apetece mandarse algo de la tierra entre pecho y espalda. Y yo sé un sitio tan bueno, barato y bonito que sólo de recordarlo se me hace la boca agua
Está a cuatro pasos de la Playa de las Canteras, pegadito al paseo, cerca de la Isleta, y se llama Bar Puntilla. Avemaríapurísima. Lo primero que uno debe probar es el pescado encebollado. Desde que usted lo prueba, queda encantado con el sitio y con la señora que lo atiende con una amabilidad exquisita. Modales canarios. Yo hasta he desayunado en La Puntilla pescado encebollado y me he dado cuenta de que el día se empieza de otra manera: con una sonrisa en la boca y otra en estómago. Hasta más ligero camina uno a pesar de la hartada.
Pero ahí no acaba el menú: buena ropa vieja, atún en adobo, caracoles, chocos, pulpos y no sé cuántas cosas más que se pueden leer en la pizarra. En la foto tiene la pizarra completa.
¿El precio? Barato, barato, de guachinche. Yo tampoco me lo creía la primera vez que entré.
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Si usted vive en Tenerife, aprovecho para invitarles a la presentación de mi novela EL DISCURSO DE FILADELFIA.
Como no podía ser menos, la presentaré el Día de Canarias, a las 11:30 de la mañana en la Feria del Libro, en el Parque García Sanabria de Santa Cruz de Tenerife. Allí los espero.
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