
Ayer, lunes 4 de mayo, ante un nutrido público, se presentó el libro Aldabas de Antonio Abdo Pérez, en la última jornada de la XXVII Feria del Libro de Santa Cruz de Tenerife. Fue un honor para mí compartir la mesa con el autor de la obra con quien, además de las aficiones literarias, comparto una excelente amistad.
Durante la presentación, me pregunté en voz alta qué lleva a un editor a publicar libros de poemas… y no supe contestar a mi propio interrogante, porque la respuesta es tan complicada como definir la propia poesía. Ahora, reflexiono y sinceramente, creo que en mi caso lo hago unas veces porque, como dijo Cocteau, la poesía es una de las más molestas formas de la verdad; otras, porque la poesía trasciende la literatura hasta situarse en un territorio propio, un espacio que atrae con la fuerza de un agujero negro en la frontera de lo literario con lo místico; pero, lo más probable, es que publique poesía porque la poesía continúa siendo lo inexplicable, lo que no puede encerrarse en ninguna definición, aquello que en la literatura, y dada su propia naturaleza revolucionaria, se halla más cerca de la Utopía con mayúsculas.
Hubo un tiempo en el que edité un buena cantidad de obras con la Editorial Globo. Algunas mejores que otras y, aunque lo hice siempre con cariño, pocas veces estuve completamente satisfecho con la presentación de esos libros, si los consideramos meramente como objetos. Tal vez, podría salvar media docena de ellos. Y creo que los dejaría tal cual salieron de la imprenta si tuviera que editarlos de nuevo.
La necesidad de progresar en un mercado editorial tan reducido como el canario obligaba a especializarse en las ediciones en rústica como única fórmula de competir con quienes editaban libros con el dinero de las instituciones.
No me arrepiento de lo publicado durante esos años. Sin embargo, me hubiera gustado entregar a los lectores libros mejor encuadernados y con papel de más calidad. Éste era mi sueño y supongo que también es el sueño de cualquier pequeño editor.
Con el tiempo, creé la Editorial Malvasía y me prometí no editar un solo libro cuya presentación no me gustara. Así lo he venido haciendo desde entonces. Menos cantidad y más calidad.
Entre esos libros, está “Aldabas” de Antonio Abdo, que nos presentó el poeta Fernando Senante, que nos ofreció algunos datos a cerca de esta obra que he tenido el privilegio de editar; igual otros poemarios del mismo autor, dentro de la Colección Pilar Rey, como “Puzzle” y “Mi abuelo de Akkar”.
Ayer fue un día feliz para mi faceta de editor. Junto a la luna llena, coincidieron la presentación pública de los maravillosos poemas de Abdo, la satisfacción personal de haberles proporcionado el mejor marco que me fue posible y la presencia de amigos y amigas a quienes tengo un gran afecto.
Además de contar con la luna llena, es probable que algunos astros se hayan alineado esa tarde para que se produjesen tantas felices coincidencias.

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