Los emigrantes canarios, Stanley Kramer y el barco de los locos

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Estamos en 1933. Procedente de Veracruz (México), el barco alemán Vera entra en un puerto cubano. El muelle está abarrotado de gente con maletas y aspecto de ser trabajadores de los campos de caña o de tabaco. Son canarios que vuelven a sus islas de origen.

A bordo del barco, asomada a la borda de cubierta, una anciana (Olga Fabian) alojada en primera clase pregunta al profesor Hutten (Stanley Adams):

–Profesor, ¿qué es eso?, ¿qué pasa?, ¿quién es esa gente, profesor?

–No tiene por qué preocuparse, señora Schmitt, ya he hablado con uno de los oficiales.

–¿Pero qué pasa?

–Algo relacionado con el azúcar y el mercado mundial.

–¿El azúcar?

–Claro, el azúcar. Es que los cosecheros no han conseguido el precio que pedían y han preferido quemar las cosechas antes que bajar los precios. Había que hacer algo con los trabajadores españoles y el gobierno cubano ha emprendido un plan de acción humanitario. Los devuelve a su patria.

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LA CRISIS DEL AZÚCAR Y EL TABACO

El diálogo anterior, pertenece a una escena del largometraje “El barco de los locos” (Ship of Fools), dirigida por Stanley Kramer. Con una de las presentaciones más bellas y originales que conozco, comienza esta inteligente, perspicaz y divertida película, rodada en el año 1965 y ambientada en 1933.

Aquel 1933 constituyó un año de funesta memoria para los emigrantes canarios en Cuba. Ese año ya había saltado en pedazos la industria del azúcar, como consecuencia de la quiebra azucarera de 1920 y de la recesión económica de 1930.

Debido a las restricciones de Estados Unidos en el comercio del azúcar –en 1933 EEUU compró un 20% menos de azúcar que en 1930–, las condiciones de vida de los trabajadores bajaron de manera dramática y la mayor parte de ellos se había quedado sin empleo. En cuanto al tabaco, otra de las estrellas de la economía cubana, la exportación había disminuido un 68% desde 1929 a 1933. El panorama era desolador, tanto en lo político como en lo económico.

Los emigrantes canarios se agolpan en un puerto cubanos para ser repatriados en el barco alemán Vera.
Los emigrantes canarios se agolpan en un puerto cubano para ser repatriados en el barco alemán.

MATEN CANARIOS, HASTA QUE SE LES CANSE EL BRAZO

A nadie tomó por sorpresa que se desarrollara en la isla una revolución contra el presidente Gerardo Machado durante ese mismo año de 1933. Los abusos del gobierno y de la policía machadista hacían presagiar que tarde o temprano habría un levantamiento popular.

JUnto a otras barbaridades, recordemos que fueron muchos los canarios asesinados por el sátrapa Machado, a la orden de “maten canarios hasta que se les canse el brazo”; entre ellos, cabe contar a 40 emigrantes isleños ahorcados en Ciego de Ávila en 1926. Bien se dice que no hay mejor cuña que la del mismo palo: Gerardo Machado era hijo de un emigrante nacido en la isla de La Palma.

CIUDADANOS DE SEGUNDA

Por otra parte, desde 1930, la colonia canaria en Cuba se sentía muy ofendida ante la discriminación que hacía el gobierno español con los canarios, porque, a diferencia de los españoles peninsulares, no eran ayudados para adquirir el pasaje de vuelta a casa, ante la crisis azucarera y tabaquera. La Asamblea de Instituciones Canarias en Cuba envió un cablegrama al Director General de Emigración en Madrid en el que acordaba

Significarle unánime protesta por exclusión nuestros paisanos pobres beneficio medios pasaje. Recabamos valiosa intervención usted para reivindicar nuestro justo derecho.

Después de ese cablegrama, las autoridades españolas ayudaron a regresar a unos pocos isleños, abandonando a su suerte al resto. Por esa razón, son muy significativas las palabras del profesor cuando menciona que los emigrantes han sido embarcados porque

el gobierno cubano ha emprendido un plan de acción humanitario. Los devuelve a su patria.

Una de las pasajeras que viaja en el barco de la película de Kramer es la condesa (Simone Signoret) que gastó su fortuna facilitando armas a los revolucionarios cubanos. Según confiesa, lo hizo cuando cayó en la cuenta de la miseria en que vivían los campesinos. Esta aristócrata había sido capturada por la policía y ahora la enviaban de vuelta a su patria canaria donde deberá ser encarcelada.

UNA ESCENA CONMOVEDORA

La multitud de canarios agolpados en un puerto de Cuba abre paso a la mujer que sube las escalinatas del barco. Camina vestida con un abrigo negro y custodiada por dos policías. Los canarios gritan:

–¡Viva la condesa, viva la condesa!

La condesa revolucionaria sube a bordo, mientras es aclamada por sus paisanos.
La condesa revolucionaria sube a bordo, mientras es aclamada por sus paisanos.

Ella no se detiene, sino que se dirige a su camarote de primera clase, lo cual no resulta demasiado congruente con una prisionera (a veces, el cine no debería imitar tanto la sucia realidad). Los canarios suben también al barco y son alojados en cubierta. Tan pronto zarpa, el médico de a bordo (Oskar Werner) ordena que se les duche con una manguera a presión, lo cual agradecen los isleños.

LOS PASAJEROS DE LA MISERIA

Dos emigrantes canarios posan para el joven pintor comprometido.
Dos emigrantes canarios posan para el joven pintor comprometido.

El aspecto de los emigrantes retornados no puede ser más miserable. Uno de ellos recuerda a sus compañeros que están viviendo como cerdos, sin posibilidad de aspirar a nada mejor.

El panorama es terrible. El director Kramer destaca cómo los emigrantes, los judíos, los mexicanos, los enanos, los ancianos o los desvalidos son despreciados por una parte de los pasajeros, reflejo de la ideología nazi que había calado hasta el túetano en la población alemana.

La condesa y el médico del barco se enamoran perdidamente.
La condesa y el médico del barco se enamoran perdidamente.

LA METÁFORA DE UNA ÉPOCA

Como si de un análisis microscópico se tratara, la película muestra el auge del nazismo. La ideología alcanzó el poder, precisamente, en aquel año de 1933, cuando la mitad de los alemanes eligieron a Hitler en las urnas.

En la película aparecen nazis que proclaman la nueva Alemania; también se ve a un grupo de artistas españoles que brinda por la unión de sus dos magníficas naciones, España y Alemania.

El judío y el enano son dos de los personajes más entrañables de la película.
El judío y el enano son dos de los personajes más entrañables de la película.

Hay más: un judío (Heinz Rühmann) que aboga por la concordia sin creer que el pueblo alemán pueda causar ningún daño a los judíos; un enano (Michael Dunn) que se convierte en los ojos que contemplan la película desde dentro de la película, y aun se atreve a dirigir la palabra directamente a los espectadores; un concienciado pintor (George Segal) que retrata a los isleños y discute con su novia burguesa; una pareja mayor que viaja con un perro enorme que sientan a la mesa del capitán; y muchos otros personajes, perfectamente definidos, como la mujer madura (Vivien Leigh) que se mira al espejo o el profesor de filosofía (Peter Mamakos) que ha recibido un mensaje divino.

El perro que se sentaba a la mesa del capitán y, más tarde, fue arrojado al mar por un par de mocosos.
El perro que se sentaba a la mesa del capitán, fue arrojado al mar por dos niños

UN SERMÓN CELEBRADO A TROMPADAS

Ese iluminado profesor se reúne con los isleños y les endosa un discurso moralista sobre Dios. Uno de los canarios se mofa diciendo que le gustaría tener a Dios allí para enseñarle toda aquella basura. Otro emigrante le acusa de blasfemo. Los ánimos se calientan y comienza una gran pelea entre todos que debe ser sofocada con manguerazos de agua a presión.

El artista y el enano admiran un perro de presa esculpido por un emigrante canario.
El artista y el enano admiran un perro de presa esculpido por un emigrante canario.

La película no tiene desperdicio. El doctor alemán y la condesa canaria terminan enamorándose. El judío y el enano se convierten en grandes amigos. Una de las bailaoras españolas termina en los brazos del sobrino del filósofo predicador. El capitán conserva su flema, su creencia en la democracia, su donjuanismo y su lógica machista hasta el final. El perro es lanzado al agua por un par de chiquillos malvados y rescatado por un canario que muere en el intento. Ese isleño es un artista que se vale de su cuchillo para esculpir ¡asómbrense! perros de presa en madera. Y más, mucho más.

DESEMBARCO EN TENERIFE

Los emigrantes desembarcan en Tenerife.
Los emigrantes desembarcan en Tenerife.

El barco llega a Tenerife. Bajan los canarios con gran alegría y baja la condesa con gran pesar de su médico que no tiene el valor de acompañarla, como había planeado. El paisaje que se divisa desde el barco contiene una gran playa y montañas que podrían corresponder a algún punto de la geografía isleña. No logro identificarlo con el muelle de Santa Cruz de Tenerife. En este punto solicito la ayuda de algún lector que logre identificar ese paisaje.

La guardia civil de Tenerife introduce a la condesa en el automóvil que la conducirá a la cárcel.
La guardia civil de Tenerife introduce a la condesa en el automóvil que la conducirá a la cárcel.

Una pareja de la guardia civil escolta a la condesa hasta un coche. El barco zarpa de nuevo y vemos cómo el médico se emborracha, se desespera y se arrepiente de no haber desembarcado en Tenerife. El viaje prosigue con diversos incidentes hasta llegar al puerto Bremerhaven, donde nos despide el enano.

Creo que les estoy oyendo decir a ustedes: “¿Y a nosotros qué nos importa todo esto?” –dice mirando a los ojos de quienes estamos viendo la película.

A continuación, el enano guarda un momento de silencio, da una chupada a su puro y agrega con sorna:

¡Nada!

Entonces, estalla en una carcajada y, apoyándose en su bastón, se marcha renqueante hacia la salida de la estación marítima. Fin.

Evidentemente, nada nos importa; de igual manera que nada importaba a aquel vecino que nombraba Brecht cuando se fueron llevando a los activistas, a los judíos, a…

¿PERO, EN REALIDAD, SUCEDIÓ ESTA HISTORIA?

Después de ver esta magnífica película, uno se pregunta sobre qué información tendrían el estupendo guionista Abby Mann y el propio Stanley Kramer sobre los emigrantes canarios en Cuba. Sorprende la cantidad de detalles referidos a la emigración canaria que aparecen en este largometraje, incluyendo la escala del barco alemán en Tenerife y las esculturas perrunas del emigrante. Episodios difícilmente explicables como meras casualidades, menos aún en el caso de que fueran «fabricadas» por profesionales de la talla de Kramer y Mann que cuidaban hasta el último detalle. Sirva como muestra la genial película que ambos confeccionaron cuatro años antes, titulada Juicio en Nuremberg.

Naturalmente, todo tiene una explicación y ésta se muy sorprendente: la novelista Katherine Porter realizó en 1933 un viaje desde Veracruz a Bremerhaven, con las mismas escalas que el barco Vera de la película: Cuba y Tenerife. Según contó más tarde, los personajes de la novela los conoció realmente en esta travesía que realizó con su esposo hasta Alemania.

De modo que podemos afirmar, con rotundidad, que los emigrantes canarios del barco alemán de la ficción son una copia muy aproximada de los emigrantes canarios repatriados desde Cuba en 1933. ¡Vivir pare ver!

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La película tenía un reparto de lujo, formado por los siguientes actores y actrices: Vivien Leigh, Simone Signoret, José Ferrer, Lee Marvin, Oskar Werner, Elizabeth Ashley, George Segal, José Greco, Michael Dunn, Charles Korvin, Heinz Rühmann, Lilia Skala, Barbara Luna, Christiane Schmidtmer, Alf Kjellin, Werner Klemperer, John Wengraf, Olga Fabian, Gila Golan, Oscar Beregi, Stanley Adams, Karen Verne, Charles de Vries, Lydia Torea y Henry Calvin.

Es posible que usted ya haya visto «El barco de los locos». En todo caso, le recomiendo mirarla de nuevo, disponiéndose a disfrutar con los 149 preciosos minutos que dura esta película. Incluso, en el caso de que usted no sea canario, estoy seguro de que agradecerá este consejo.

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4 thoughts on “Los emigrantes canarios, Stanley Kramer y el barco de los locos

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  1. Muy interesante artículo sobre las condiciones de vida, laborales y de viaje de nuestra emigración. Una duda ¿el plan para repatriar a los inmigrantes fue puesto en marcha por el gobierno cubano, por la colaboración de las numerosas asociaciones españolas en la isla o por el gobierno español a través de los fondos del «Tesoro del Emigrante»?

    1. Aunque algunas repatriaciones de isleños fueron pagadas con un fondo de solidaridad de los emigrantes del archipiélago, la repatriación a que se refiere esta película fue realizada por el gobierno cubano, dado que el gobierno español dejó abandonados en Cuba a miles de canarios cuando se hundió el mercado del azúcar.
      Hubo una protesta formal enviada a Madrid por las asociaciones de emigrantes canarios en Cuba, pero sirvió de poco. No obstante, los jornaleros peninsulares recibieron un trato mejor y la repatriación corrió a cuanta del gobierno de España.
      Saludos.

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