Cuando Picasso tenía el deseo cogido por el rabo

las cuatro niñas

Pablo Picasso escribió tres obras dramáticas: El deseo cogido por el rabo, Las cuatro niñas y El entierro del Conde Orgaz. Las tres, de difícil representación, han sido llevadas al teatro pocas veces y son consideradas como «de culto». Una charla que tuve ayer con unos amigos sacó a relucir una de estas piezas y, como todos sabemos, por el hilo se saca el ovillo. De ahí que hoy traiga el tema a colación y escriba unos párrafos sobre cada una de estas rarezas escénicas debidas a la mano –aunque no al pincel– de don Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Mártir Patricio Ruiz y Picasso, inigualablemente cantado por Rafael Alberti en su libro Los 8 nombres de Picasso:

Qué hubiera sido de ti, Pablo,
si de los ocho nombres
con que fuiste bautizado,
hubieras preferido al de Pablo Picasso
el de Diego Picasso,
al de Diego Picasso
el de José Picasso,
al de José Picasso
el de Francisco de Paula Picasso,
al de Francisco de Paula Picasso
el de Juan Nepomuceno Picasso,
al de Juan Nepomuceno Picasso
el de María de los Remedios Picasso,
al de María de los Remedios Picasso
el de Crispín Picasso,
al de Crispín Picasso
el de Crispiniano de la Santísima Trinidad Picasso.

Pero no ha sido así.
Y sólo en la Fe de Bautismo
quedaron esos siete posibles
invisibles hermanos.
Y quedó sólo Pablo.

Un dato curioso y poco conocido: el apellido Picasso llegó a Málaga cuando el matrimonio italiano formado por Giovanni Battista Picasso e Isabella Musante se estableció en esta ciudad.

EL DESEO COGIDO POR EL RABO

deseo atrapado 2

El deseo cogido por el rabo (1941) es la primera obra teatral de Pablo Picasso. Coincide, además, con su acercamiento al movimiento surrealista, en los años treinta. Tanto es así que el propio André Breton la incluye en una antología de grandes escritores del movimiento.*

La obra está dividida en seis actos. Desde el primero, destaca la obsesión por el bienestar –huyendo del hambre, evitando el frío–, que junto al amor es la pauta que marca la conducta de los personajes. El héroe (Pie Gordo) y su oponente (Cebolla) se enfrentan por el amor de la heroína (Tarta, la cual llega a mostrar su cuerpo vestido únicamente con unas medias), en un escenario cuyo frontispicio muestra el retrato de Picasso. Los nombres de los otros personajes son igualmente pintorescos: Telón, Punta Redonda, Prima, Angustia Gorda, Angustia Flaca, Dos Perritos,…

 

Picasso El deseo cogido por el rabo
Esta foto fue tomada por Brassaï (Gyula Halászse) después de una lectura privada de la obra «Désir attrapé par la Queue», en 1944. DE IZQUIERDA A DERECHA DE PIE: el psicoanalista Jacques Lacan, Cécil Éluard (hija de Gala Dalí y Paul Éluard), el poeta surrealista Pierre Reverdy, la galerista Louise Leiris, detrás de Pablo Picasso está la actriz Zanie Campan, la escritora Valentine Hugo y la también escritora Simone de Beauvoir. DE IZQUIERDA A DERECHA AGACHADOS: el filósofo Jean-paul Sartre, el novelista Albert Camus, el etnógrafo Michel Leiris y el actor Jean Aubier.

La obra, escrita en francés, fue publicada en 1944. Ese mismo año se realizó una lectura en París y, por expreso deseo de Breton, la dirigió Albert Camus, con actuaciones de Jean-Paul Sartre, su compañera Simone de Beauvoir y un elenco de actores elegidos entre los intelectuales más sobresalientes del momento, como puede leerse en el pie de foto. A la representación asistieron el psicoanalista Jacques Lacan, el antropólogo George Bataille, el actor Jean-Louis Barrault, etc. Más adelante, Simone de Beauvoir escribiría:

Poco después participamos en una manifestación literaria. Picasso acababa de escribir una pieza teatral, «El deseo agarrado por la cola», que evocaba las obras de vanguardia de los años veinte; era un lejano y tardío reflejo de «Las ubres de Tiresias»; Leiris propuso hacer una lectura pública de ella y aceptamos; Camus se encargó de dirigir el juego; tenía en la mano un grueso bastón con el que golpeaba el piso para indicar los cambios de decorados; describía los decorados y presentaba a los personajes; dirigió a los intérpretes elegidos por Leiris que ensayaron durante muchas tardes; Leiris tenía el papel principal y recitaba con fervor los monólogos de Pie Gordo; Sartre hacía de Punta Redonda; Dora Marr, de Angustia Gorda; la esposa del poeta Hugnaet, de Angustia Flaca; la guapísima Zanie Campan –esposa del editor Jean Aubier– que deseaba dedicarse al teatro encarnaba a Tarta y yo hacía de Prima.

Otra representación sobresaliente tuvo lugar en la isla de La Palma, en la década de los setenta. El deseo cogido por el rabo  se representó en el teatro de la capital, bajo la dirección de Pilar Rey y Antonio Abdo, los cuales terminaban de llegar a la isla, contratados para dirigir la Escuela Municipal de Teatro de Santa Cruz de La Palma. Tuvieron la osadía de hacer su primera presentación pública con esta obra experimental. Contra todo pronóstico sensato, causaron tal delirio entre los asistentes que los obligaron a residir en la ciudad durante el resto de sus vidas artísticas.

LAS CUATRO NIÑAS

Arpía con cabeza de toro y cuatro niñas en los alto de una torre con bandera negra (1934), de Pablo Picasso.
Arpía con cabeza de toro y cuatro niñas en lo alto de una torre con bandera negra (1934), de Pablo Picasso.

Las cuatro niñas (1947) también es un texto dramático surrealista –experimenta con recursos tales como la escritura automática– que muchos han tachado de confuso y de mal hilvanado. La acción principal consiste en monólogos pronunciados por cuatro niñas en un escenario que comparten con un personaje masculino, una cabra y un caballo. La representación más sobresaliente de esta obra es la que la compañía teatral L’Autre Theatre, de Jean Gillibert puso en escena, en el año 1981, en el Centro Cultural Georges Pompidou, en París.

EL ENTIERRO DEL CONDE ORGAZ

El entierro del Conde Orgaz por Pablo Picasso

El entierro del Conde Orgaz (1969) es un homenaje a Doménikos Theotokópoulos el Greco, autor del lienzo al que la obra hace referencia. Este año de 2014 sería una buena fecha para que alguna compañía la llevara al escenario, puesto que se cumplen 400 años de su muerte. En el librito, escrito en español y publicado en 1969, se pueden encontrar estos versos en el prólogo de Rafael Alberti, titulado «No digo más que lo que no digo»:

Una palabra tira de cien, de mil palabras,
un recuerdo de cien, de mil recuerdos,
una visión de cien, de mil visiones,
una imagen de cien, de mil imágenes,
un objeto de cien, de mil objetos.

También Alberti –el buen amigo que visitaba a Pablo Picasso en la villa de Mougins, a 7 km de Cannes– escribió cuando el pintor cumplió los 89 años:

Dios creó el mundo –dicen–
y el séptimo día,
cuando estaba tranquilo, descansado,
se despertó y dijo:
He olvidado una cosa:
los ojos y la mano de Picasso

Picasso Conde Orgaz
Grabado «El entierro del Conde Orgaz», de Pablo Picasso

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NOTA
(*) Pablo Picasso, probablemente sin pensarlo demasiado, llegó a decir: «Creo que mi obra como escritor es tan extensa como la de pintor. Materialmente dediqué el mismo tiempo a ambas actividades».

Quizás, llevado por su entusiasmo por el movimiento surrealista, también afirmó: «Las artes se reducen a una sola: se puede escribir una pintura con palabras, del mismo modo que es posible pintar sensaciones con un poema».

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