Parada de Puerto Rico en Nueva York: 9 de junio de 2013

Hoy, como cada año, los emigrantes puertorriqueños organizan un gran desfile en el corazón de Nueva York. Durante horas, desfilan al son de su música, bailando, cantando, ondenado banderas boricuas, saltando en sus carrozas engalanas y ruidosas, en fin, haciendo sentir su presencia en la Manhatan vertical.

Les aseguro que para un espectador ajeno a la Gran Manzana y a Puerto Rico, se trata de un espectáculo tan sorprendente como esperado, tan gráfico como críptico, tan… Quiero decir que uno no sabe a qué atenerse con la información que le entra por los oídos y por los ojos.

Según parece, los mismos puertorriqueños tampoco se ponen de acuerdo sobre el significado, la conveniencia o la inconveniencia del espectáculo. Mientras unos ponen sobre la mesa toda clase de argumentos para defenderlo, otros lo critican ferozmente. A veces, las razones para defenderlo y criticarlo son las mismas: la identidad.

No he conocido a ningún pueblo que más nombre y debata su identidad que el de Puerto Rico. Libros, revistas, periódicos, canales de radio o de televisión, mítines políticos, conversaciones en los mercados, en los bares, en los restaurantes, en el hogar,… sacan a relucir el tema de la identidad, una vez y otra, desde hace un siglo y medio. Los puertorriqueños dan vueltas eternamente a su identidad como si fuera un sancocho, con la intención, quizás, de que no se les queme ni se les adhiera al caldero de los Estados Unidos, ahora, ni de España, antes.

Sin embargo, los habitantes de la Isla Bonita no se han puesto de acuerdo sobre qué hacer con su identidad, excepto ponerle música de salsa, de bomba, de plena o de reggaetton y envolverla en una bandera tricolor que les hace llorar cuando están lejos de su Borinquen querido. Y eso es lo que hacen en Nueva York, hoy, ahora mismo: añorar no se sabe qué, cantando, bailando y envolviéndose en su linda bandera por las avenidas neoyorquinas, con el aplauso de unos y el reproche de otros. Sin ponerse de acuerdo siquiera en qué es un boricua, qué un newyorican, qué un borinqueño y qué un puertorriqueño.

Todo lo cual, tal vez tenga su importancia y, tal vez, no; como el espanglish o como la música del adorado Ricky Martin, el cual tanto echa de menos a su Puerto Rico cuando lo recuerda en su palacio de Miami.

Cuando termine la «Parada», los emigrantes regresarán al «Barrio», cansados y, mañana, volverán a sus humildes puestos de trabajo, a esperar otro mes de junio para celebrar eufóricamente su platónica identidad, mientras retrasan cuanto pueden la vuelta a su isla madre, a su Ítaca, lo mismo que hizo Odiseo cuando terminó su trabajo en Troya.

2 thoughts on “Parada de Puerto Rico en Nueva York: 9 de junio de 2013

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  1. y tu quien eres??? … Yo , Puertorriquen~o a toda honrra. Como buen Puertorriquen~o ,entiendo que las opiniones aqui expresadas , son libres de el que la emite y de los que la quieren seguir. Mas sin embergo ,puedo notar que no tienes idea de lo que a simple vista puedes ver o captar en una parada.»como dice aquella nota» NO JUZGUES AL LIBRO POR SU CUBIERTA ‘No creo «justo» que puedas expresarte tan «generalmente» de nosotros ,a base de un desfile . Aun asi estos comentarios ignorantes ,.como los tuyos ,me hacen sentir mas orgulloso de la envidiable cultura Puertorriquen~a ,de parte de otros grupos latinos , Hispanos. QUE VIVA ..PUERTO RICO Y SU BELLA GENTE
    P.D. leete el libro del : BORICUAZO para que te informes mejor …
    gracias! R.W.

    1. Señor Wilsson, siento de veras ser tan ignorante y me alegro de que usted se sienta tan orgulloso de ser puertorriqueño. Valga una cosa por la otra. Gracias por su comentario. Un cordial saludo.

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