Los escasos minutos que dura la "Meditación" de la ópera "Taïs", de Jules Massenet, bastan para serenar nuestros corazones, tantas veces ocupados por inquietudes banales. ¡Quién, como la hermosa Taïs, pudiera morir escuchando esta melodía! Cinco minutos celestiales como antesala del cero perfecto que nos espera.