Algunas notas con motivo del Día del Libro

Quien, volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro.

Confucio

Ahora, que se acerca el Día del Libro, me ha parecido una buena idea dedicar este espacio a referir, sucintamente, cómo se transforma una idea en un libro. Intentaré hacerlo de la manera más sencilla posible.

Quienes están relacionados de una manera íntima con el mundo del libro dan por supuesto que todo el mundo tiene claro cuál es el camino que una obra recorre desde que un escritor decide escribirla hasta que llega a las manos del lector. Sin embargo, están equivocados, porque casi todo el mundo lo ignora, dado que este camino no suele mencionarse en el colegio, ni en el instituto ni en la universidad. Quien desee conocerlo ha de buscar sus propias fuentes de información. Espero que las siguientes notas sean de utilidad a alguien.

EL AUTOR

 El principio de un libro es el autor: lo concibe y lo escribe. En la actualidad, lo habitual es que lo componga directamente en su ordenador, utilizando un programa procesador de textos, como el MS Word o el Office Word, aunque todavía quedan algunos románticos que continúan escribiendo sus obras a mano o a máquina. A continuación, el escrito original de la obra pasa a manos del editor. Ese original está archivado en cualquier soporte informático (pendrive, cd-rom, correo electrónico, etc.) o, en el raro caso de que esté redactado a mano o a máquina de escribir, suele enviarse fotocopiado, por correos.

EL AGENTE LITERARIO

Interpuesto entre el autor y el editor, puede haber un personaje llamado agente literario, quien se encarga de gestionar los asuntos económicos del escritor con el editor, como si se tratase de un manager que representara a un futbolista ante el presidente de un club o a un cantante en una casa discográfica. Sus beneficios los cobra en porcentajes sobre las ganancias del escritor con la venta de su libro. También, en muchas ocasiones, de acuerdo con la editorial, se ocupa de la publicidad del libro.

Escritores como José Saramago o Gabriel García Márquez debieron buena parte de su éxito a las gestiones de agentes que, en ambos casos, fueron mujeres.

LA EDITORIAL

La editorial llega a un trato con el escritor o con su agente literario: le abona un porcentaje por cada libro vendido o le entrega una cantidad de dinero para explotar la obra durante los años que se estipulen. En los tratos de autores poco conocidos con editores pequeños no suele haber transacciones dinerarias e, incluso, llega a suceder que el propio autor ayuda económicamente a la editorial para que publique su obra.

Una figura de gran interés en una editorial es el corrector. Por sus manos pasa el original que debe corregir minuciosamente. Una veces, la corrección se reduce a erratas y errores ortográficos y, otras, a cambiar la sintaxis, etc.

Una vez que el editor ha resuelto el tamaño que tendrá el libro, la cantidad de ejemplares, el tipo de encuadernación, las ilustraciones, los colores de la portada y el papel que se le pondrá, lo lleva a una imprenta.

Hace unos años, existían muchas fotomecánicas, empresas dedicadas a maquetar y pasar a fotolitos (fotos sobre plásticos transparentes) los libros para llevarlos así a las imprentas. Sin embargo, cada vez más, la propia editorial es quien maqueta sus libros y envía el archivo correspondiente a la imprenta. Casi siempre, se utilizan archivos con formato Pdf.

LA IMPRENTA

En la imprenta, se realizan varios trabajos preparatorios que desembocan en la impresión del libro, primero, y en su manipulado, después. Este consiste en unir las hojas y encuadernarlas con tapa dura o blanda, tras pegarlas o coserlas. Los libros se entregan al editor en cajas.

En la actualidad, las imprentas utilizan dos tipos de maquinaria para imprimir: 1) Impresoras offset, que transfieren las imágenes y los textos de una plancha a un papel. 2) Impresoras digitales, muy parecidas a las impresoras láser de sobremesa, con un tamaño considerablemente mayor.

EL DISTRIBUIDOR

Desde la editorial, se envían los libros al distribuidor. Este cobra un porcentaje que oscila alrededor del 50% sobre el precio de venta al público. Después, vende los ejemplares a las librerías, ofreciéndoles un 30% de beneficio.

LA LIBRERÍA

En las librerías, los libros son expuestos en estanterías para ser vendidos al público. Que vendan un libro más o menos no sólo está definido por la calidad de la obra, sino por las gestiones y el poder comercial de la editorial, el distribuidor y las preferencias personales de cada librero.

EL E-BOOK

La popularidad de los productos informáticos también ha llegado al mundo del libro. Las ventas no alcanzan, todavía, las de los libros tradicionales en soporte de papel, pero van ganando terreno, dado que los costes de producción y de comercialización son mucho más baratos. La distribución y la librería se funden en una sola empresa en la que también puede estar incluida la editorial y, más de una vez, el propio autor.

El camino, resumido en estos pocos párrafos, es de una enorme complejidad y constituye un mundo fascinante que yo recomiendo conocer, aunque la relación con los libros sean únicamente como lector.

libreria

DIFERENCIAS ENTRE EDITORIAL E IMPRENTA

He formado un ejército de veintiséis soldados de plomo capaces de conquistar el mundo.

Johannes Gutenberg

Son muchas las personas que no tienen una idea clara sobre las diferencias existentes entre una editorial y una imprenta (o entre editar e imprimir), puesto que ambas son empresas alejadas del público y las dos se relacionan con el proceso de producción de libros. Sin embargo, a pesar de las apariencias, sus cometidos son muy diferentes.

Una imprenta tiene como objeto la impresión de hojas de papel. Igual que puede imprimir etiquetas de mermelada o billetes de avión, imprime cada una de las hojas de un libro. Después, las une y protege con una cubierta. Es decir, la imprenta fabrica un objeto llamado libro y no tiene nada que ver con el autor, con los libreros o con los lectores. La imprenta es una industria.

La editorial, sin embargo, es una empresa de gestión: recoge el manuscrito del autor y lo entrega a la imprenta. Cuando la imprenta lo ha convertido en libros, estos son recogidos por el editor y enviados (de forma directa o indirecta) a las librerías, para que se vendan al público.

La editorial paga al autor y a la imprenta. Amortiza las inversiones y las gestiones, percibiendo un porcentaje del dinero correspondiente a cada libro vendido. Si no se vendieran los libros, el editor perdería su trabajo y su inversión, pues no podría devolverlos a nadie.

La editorial no es un intermediario comercial, en el sentido habitual del término. El intermediario –cuando existe– es la empresa distribuidora que compra los libros a la editorial y los vende a las librerías. Asimismo, estas hacen una labor de intermediación comercial, pues adquieren libros que después despachan al público.

* * *

Espero que algún lector haya sacado provecho de estos párrafos, tomados de una obra que escribí hace unos años y que se hizo popular en España, Portugal y Latinoamérica, bajo el título de Todo sobre el libro, en la que intentaba proporcionar datos útiles a escritores, editores, impresores y distribuidores.

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¡Feliz Día del Libro, amigos!

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