El esquema de esta pequeña historia se reproduce en ayuntamientos, cabildos, comunidades autónomas, gobernaciones, departamentos ministeriales y toda clase de direcciones generales, susceptibles de aguantar hombrecitos y mujercitas adheridos a la piel del poder como las garrapatas a un perro.
El tango: entre la procacidad y el puritanismo (I)
Al principio, los tangos se bailaban entre hombres y, al pasar a los burdeles, se incorporaron las mujeres. Alcanzaron su apogeo entre los años 1920 y 1940. Sus textos van del más rancio puritanismo al lenguaje más procaz. Por ejemplo, se canta al órgano sexual masculino –tango "El clavo"–, al orgasmo de la mujer –"El fierrazo"– y hasta a cierta desgana por levantarse de la cama –"Déjala morir dentro"–.