Es cierto que la soledad con la que un individuo ha de enfrentarse a su tarea modela su carácter o que alguien que ame el trabajo solitario tiene mayores posibilidades de escribir. Sin embargo, las reacciones ante la sociedad no siempre son las mismas y dependen de factores externos al propio acto de escribir. No se puede comparar el carácter extrovertido de Ernest Hemingway con la introversión de Franz Kafka, ni creo que sea equivalente la avaricia de William Shakespeare o de Francisco de Quevedo con la generosidad de Leon Tolstoi o de Juan Rulfo. Conozco autores capaces de pasarse encerrados en una habitación, frente al ordenador, durante una semana y después salir un día completo a (…).
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