La comunidad canaria en Luisiana es más numerosa de lo que a primera vista se podría creer. Desde las pantanosas tierras de San Bernardo a los bayous de Valenzuela hay miles de personas que descienden de aquellos isleños que llegaron a estas tierras de huracanes y mosquitos a finales del siglo XVIII. También arribó otra comunidad, tan pintoresca como la canaria: la acadiana, procedente de Francia y Canadá, auténtica pesadilla de la monarquía gala que no lograba contener sus deseos de libertad y democracia. Una buena parte de ambas comunidades hoy se encuentra tan mezclada que hasta sus respectivos dialectos se han juntado en un habla tan complicada y sabrosa como sus famosos guisos. Ésta es mi experiencia con miembros de ambas comunidades.
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